Terrores nocturnos

Las pesadillas no deben confundirse con los terrores nocturnos, por eso vamos a dedicarle una entrada del blog a explicar este tema.

Los terrores nocturnos son trastornos del sueño menos comunes que ocurren durante las primeras horas de sueño. Podemos reconocer este comportamiento ya que el niño permanece dormido profundamente mientras llora, se agita, suda o incluso grita. Los episodios pueden durar unos diez minutos, o bien prolongarse durante una hora. Los padres no deben intervenir y deben evitar despertar al niño, si bien es conveniente estar junto a él para controlar que no se haga daño. Una vez pasa este momento, el niño continúa durmiendo sin llegar a despertarse y al día siguiente no es consciente de lo que ocurrió durante la noche anterior. Al no recordar nada, se recomienda no preguntar con insistencia sobre lo ocurrido, ya que al no recordar, lo único que generamos es confusión al pequeño.


Este trastorno del sueño afecta a un 3% de los niños, generalmente entre los 4 y los 12 años de edad. De un niño a otro existen notables diferencias, tanto en intensidad de las manifestaciones como en su duración. Poco a poco los terrores nocturno van desapareciendo conforme los niños van creciendo.

Pueden ser desencadenados por diferentes motivos, pero generalmente se debe a la fiebre, falta de sueño, a un exceso de excitación antes de irse a la cama o bien a recuerdos de experiencias vividas durante el día y medicamentos que actúen a nivel del sistema nervioso central.