El baño del bebé
Para los padres primerizos, el momento del baño produce cierto temor ya que nos sentimos inseguros. Pero con este post, vamos a conseguir que el baño sea el momento ideal del día. El baño del bebé es uno de los momentos más relajantes para el bebé y es la ocasión para mantener un rato de intimidad madre-hijo o padre-hijo. El baño del bebé es una estupenda oportunidad para poder transmitir a nuestro hijo sensaciones de bienestar y disfrutar de un buen descanso nocturno.
Con respecto a la frecuencia del baño, según el pediatra, aportará unas recomendaciones u otras, algunos dicen que con bañar una o dos veces a la semana es suficiente siempre y cuando les lavemos las manitas continuamente y les limpiemos cuidadosamente el área genital cuando realicemos el cambio del pañal. Otros pediatras recomiendan bañarlos todos los días ya que es importante seguir una rutina nocturna ya que bañar al bebé lo tranquiliza y le ayuda a la conciliación del sueño. Se puede bañar al bebé todos los días sin inconvenientes siempre y cuando utilicemos jabones especiales para bebés para que no les irrite la piel. También podemos bañarlo sólo con agua.
Sin embargo, es mejor no sumergir al bebé por completo en una bañera hasta que se le caiga el cordón umbilical. Se puede empezar a bañar al pequeño a partir del momento en que el ombligo ha cicatrizado por completo, después de la caída del muñón umbilical (que se suele producir durante los primeros 15 días). Durante esos primeros días, puedes limpiarle todo el cuerpo con una esponja húmeda.
Es aconsejable utilizar una bañera para bebes, para que esté a nuestra altura y sea lo más cómodo posible.
¿Cuál es la mejor manera de bañar a mi bebé?
Con un poco de cuidado y cariño, la hora del baño se convertirá en una de las actividades más bonitas para disfrutar con tu hijo. Siguiendo los pasos que comentamos a continuación, todo resultará más fácil:
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Con una buena organización, te sentirás más segura. Reúne todo los artículos que necesites para el baño: jabón neutro y champú para bebés, toallas de algodón, peine o cepillo, ropa limpia, pañales, un termómetro de baño, una bañera (móvil o fija) y una esponja (opcional). Conseguir una temperatura correcta en el baño para que el bebé no pase ni frío ni calor. Asegúrate que la temperatura ambiente del cuarto de baño es cálida y oscila entre los 23 y los 25 ºC.
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Llena la bañera de 5 a 7 centímetros de agua templada, a una temperatura aproximada de 32 grados centígrados (temperatura corporal). Puedes utilizar un termómetro de baño.
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Coge al bebé y desvístelo.
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Sumerge poco a poco al bebé en el agua, usando una de tus manos para sostener su cuello y cabecita. A ratos, vierte un poco de agua sobre su cuerpo para que no se enfríe. El cuerpo enjabonado de un bebé es muy resbaladizo, sujétalo firmemente.
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Usa jabón específico para bebés (poca cantidad) y lávale el cuerpo con tu propia mano o una esponja especial para bebés. Lávale el cuero cabelludo con una esponja y jabón también.
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Enjuaga completamente al bebé asegurándote de que no quedan restos de jabón.
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Envuelve a tu pequeñín en una toalla con capucha y sécalo con suavidad, sin frotarle la piel. Si tiene la piel reseca o un poquito de irritación en la zona del pañal, puedes untarle una loción hidratante para bebés.
Es importante no dejar de sonreírle y hablarle mientras le bañas.
Consejos importantes para bañar a un bebé recién nacido
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No dejar al bebé nunca solo.
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No utilizar talcos y colonias durante los primeros meses ya que pueden provocar alergias.
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Situar la bañera a la altura adecuada para bañar al bebé de la manera más cómoda posible.
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Lavar la bañera antes y después de su utilización.
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Es importante secar bien todos los pliegues de la piel del bebé, especialmente los que se encuentran debajo del mentón, detrás de las orejas y el área del pañal.
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Aprovecha la hora del baño para revisar al bebé y así descartar erupciones, inflamaciones u otros problemas.
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Si durante los primeros baños el bebé llora mucha, no te desanimes, pronto se acostumbrará y empezará a disfrutar de este momento.