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Una de las mayores preocupaciones de los padres es… ¿podremos dormir bien esta noche? Cada noche es un misterio, ya que depende del estado del bebé. Los primeros meses son los más duros, ya que los peques reclaman la presencia de mamá para comer o para calmarse.
Es de vital importancia seguir unas pautas y rutinas del sueño nocturno del bebé. Si somos constantes conseguiremos resultados.
Hay veces que los niños sólo consiguen dormirse acunándose en los brazos de mamá o de papá. Esta práctica hace que el bebé se calme por el contacto físico con los papás, por el olor etc. Es normal utilizar este método para dormir hasta cumplir el primer año de vida, pero poco a poco hay que ir intentando que el niño adquiera autonomía, introduciendo cuentos o cantando nanas antes de acostarse.
Otros bebés necesitan dormirse con el traqueteo del cochecito. Puede sentir este movimiento como tranquilizador, ya que puede recordarle a la sensación de estar en la barriguita de su mamá. Es un comportamiento normal, y poco a poco irá acostumbrándose a cambiar este hábito.
Durante el primer año, un 10-15% de los niños se despiertan por la noche. Las causas de la resistencia al sueño pueden ser muy variadas: por el poco tiempo entre toma y toma, por la necesidad del contacto físico, por trastornos del sueño provocados por dormir mucho durante el día, por la necesidad de cambiar el pañal cada vez que el bebé se siente mojado, por utilizar el llanto para conseguir la atención de los padres etc.
Dormir bien es fundamental para que el pequeño esté relajado, tranquilo, se sienta feliz y seguro de sí mismo.